A mí me empiezan a entrar dudas. No sé si lo herí o lo maté, pero su cuerpo desapareció.
Volví en la madrugada para cerciorarme de que no me molestaría nunca más y lo que vi me dejó atónita. En ese lugar que había elegido con mucho cuidado, sólo quedaba una aureola roja. Alguien retiró el cadáver o si él no estaba muerto se habrá escapado y ahora la venganza será terrible.
No puedo dormir pensando en lo que me puede suceder. No tengo remordimiento sino un temor incontrolable.
wow, en verdad que ese cuenro esta bueno. te felicito